Al más puro estilo de Que pena tu vida, el individuo me dijo "chao perrito". Me mató
Además de publicar para este blog, estudiar y llevar una vida normal, tengo un trabajo que tal vez mucho envidiarían, pero como la empresa no me paga por hacerle promoción, entonces sólo diré que "eso", donde trabajo, es un submundo.
Hace algunos días nos llegó un colega nuevo; un chico UDIversitario universitario, primer año en ingeniería comercial, con pretensiones en la Fach. Un tipo simpático. Un zorrón de tomo y lomo.
El zorrón es un tipo que siempre viste jeans claros a media rajuela, polera con colores fluor, zapatillas sin atar, polerón con gorro y una chaqueta o cortavientos abierta de alguna marca que cuesta sobre 80mil pesos. Demás está decir que vienen de una familia pudiente, que tienen dos autos, una nana, y están en contra de las movilizaciones estudiantiles. El zorrón es hijo del viejo cuico, amigo de todos y siempre es optimista. El dinero sí hace la felicidad.
El nuevo colega siempre se mostró dinámico, "pro-activo" le dicen a eso; para mi, más bien era un "me quiero ganar a mis colegas" aunque bien podría ser un "soy un tipo simpático y buena onda, acá no tengo nada que perder". Pero más allá de eso, el tipo era simpático, agradable y, a primera vista, una buena persona. Hasta ahí todo bien.
El problema empezó cuando comenzamos a ponernos de acuerdo para ver que íbamos a comer, era tarde y el hambre ya se hacía notar, cuando le preguntamos que nos sugería él respondió que no tenía problemas en comer pan con "mortalisa" pues ya estaba "acostumbrado a comer 'eso' en el colegio". Acá el zorrón ya se había delatado
El nuevo colega siempre se mostró dinámico, "pro-activo" le dicen a eso; para mi, más bien era un "me quiero ganar a mis colegas" aunque bien podría ser un "soy un tipo simpático y buena onda, acá no tengo nada que perder". Pero más allá de eso, el tipo era simpático, agradable y, a primera vista, una buena persona. Hasta ahí todo bien.El problema empezó cuando comenzamos a ponernos de acuerdo para ver que íbamos a comer, era tarde y el hambre ya se hacía notar, cuando le preguntamos que nos sugería él respondió que no tenía problemas en comer pan con "mortalisa" pues ya estaba "acostumbrado a comer 'eso' en el colegio". Acá el zorrón ya se había delatado
Cuándo me lo dijo, del puro shock no pude reaccionar, sólo atiné a responderle "Chao. Que estés bien. Nos vemos"
Por
Daniel Tapia
@DTapiav
elhuevorevuelto@gmail.com